Es un buen momento para reflexionar. México se llenó de alegría cuando ayer, a las 8 de la noche se oyó el silbatazo del término del partido. La final del mundial sub-17 había llegado a su fin. México se imponía contra Uruguay 2-0.
Ayer, viendo el partido, me dijeron que era la primera vez que me escuchaban gritar por un partido de fútbol. No es del todo cierta esa afirmación, pero tengo que admitir que sí me emocioné mucho. Y no por el juego o el nivel de fútbol demostrado en la cancha, sino por lo que representaba esta victoria para ese equipo. Un equipo de jóvenes que saben jugar en equipo, que querían hacer historia y que además se esforzaron por alcanzar todo lo que se propusieron.
En estos momento en nuestro país hay más jóvenes que cualquier otro segmento de la población, y esa tendría que ser una fortaleza. La juventud es un activo con el que no cuentan todas las naciones. La juventud es la que está llamada a los grandes proyectos y a los grandes ideales.
Para lograr cumplir con su propósito, es importante que los jóvenes se esfuercen por tener clara su identidad y sus metas y que sepan enfrentar los retos con pasión. De esta forma lograrán alcanzar ese llamado. Espero durante esta semana publicar algunos posts enfocados precisamente al llamado de los jóvenes.
¡Felicidades jóvenes! Le enseñaron a este país de lo que es capaz. Sigan adelante con la vida…