Una película sobre historia americana que tiene grandes probabilidades de llevarse el Óscar a mejor película: ¡qué sorpresa! Lincoln reúne ciertos requisitos que parece que le gustan a la Academia para elegir a los nominados: patriota, con un personaje principal fuerte, un director reconocido en el medio y un guión lento, muy lento que le da un toque de ‘artística’.

Me gustó, no lo niego, es buena. La actuación de Daniel Day Lewis es increíble. Refleja la calma, la serenidad de la personalidad de Abraham Lincoln y su forma de hacer política. ¡Ah, la política! Esa bonita disciplina en que las personas se deshacen mutuamente y entre las patas se llevan a los ciudadanos y al país. A pesar de su condición inherente, hay que reconocer que hay personas que saben hacer política y saben usarla en beneficio de la gente. Abraham Lincoln era una de esas personas.
Algo que vale la pena reconocer es la producción de la película. En una industria que está cada vez más acostumbrada a la pantalla verde, Steven Spielberg sabe producir con una extraordinaria calidad. Los escenarios, vestuarios y ambientación son impecables.
Es una película que vale la pena ver para entender la historia de Estados Unidos, para entender profundamente la personalidad de Lincoln y acontecimientos que forman parte de la historia mundial. En lo personal, no creo que deba ganar el Óscar, sin embargo, lo veo muy muy muy probable.