Todos conocemos a Patch Adams. Cuando pensamos en ese nombre, nos viene a la mente la cara de Robin Williams en la famosa película en que un estudiante de medicina reta al sistema para hacer un cambio. Lo que a veces se nos olvida, es que Patch Adams es una persona real y que ha marcado profundamente varios campos como la atención médica y la acción social.
Para describirlo, tengo que mencionar que es una persona sumamente inteligente, algunos dirían que un genio, lee más de 100 libros al año. Estudiando la mitad, tenía el doble de calificación que sus compañeros. Es alguien que ha viajado por el mundo entero, observador por naturaleza, sociólogo empírico y además de todo… es un payaso. Literalmente un payaso en el buen sentido de la palabra.
Leí dos de sus libros, donde la tesis central es: la medicina ha dejado de ser un servicio para pasar al sector de los negocios. En pocas palabras, los doctores, enfermeras y hospitales han pasado de tener un genuino interés en los pacientes, a buscar únicamente éxito profesional (un paciente = un número más).
Patch dice que la relación doctor-paciente se ha dañado mucho desde que se eliminó el concepto de médico familiar y de visitas a domicilio. Ahora, lo que sucede con la relación es lo siguiente: el doctor se convierte en un transmisor de información, que de su vasto conocimiento, aterriza (a su juicio) lo que el paciente necesita saber y se lo comunica. Al mismo tiempo, la relación con los pacientes se ha vuelto distante y solamente profesional, afectada por las demandas por negligencia médica y la desconfianza mutua.
Lo que se necesita, según Patch, es una relación de amistad, de cordialidad, cercanía e intimidad para que la curación del paciente sea efectiva y que la carrera del doctor (que en algún momento eligió por ayudar a las personas) tenga sentido.
Todo esto es muy interesante de leer, viene en el libro Gesundheit!: Bringing Good Health to You, the Medical System, and Society through Physician Service, Complementary Therapies, Humor, and Joy (que pueden comprar en Amazon hasta en versión Kindle). Por lo que hoy escribo esto, es porque llevo más de 20 días visitando el hospital en un periodo de un mes y casualmente (aunque nada es casualidad), leí en el hospital el libro de Patch.
Mientras iba leyendo, veía ejemplos en la vida real: Enfermeras muy ocupadas para preocuparse por atender bien a los pacientes. doctores que sin conocer al paciente, solo lo curan con el expediente. Personal administrativo muy preocupado por cobrar, pero no por medir la satisfacción de los pacientes.
También hay que decir algo, todavía hay doctores a la antigüita, que son amigos de sus pacientes y que los ven como personas. Por lo menos en este tiempo, me ha tocado conocer a uno de ellos, que le dijo a mi abuela: «Yo la vengo a visitar porque es mi amiga, pero como no vemos mejoría, me voy a involucrar para ayudarla». Esas personas valen la pena y deben de ser un ejemplo para los nuevos doctores.
Me queda clara una cosa: Necesitamos amigos en los hospitales, gente que te ayude, te atienda, de note y te apoye. Si eres un doctor, reflexiónalo, tu profesión es muy importante y te necesitamos como persona, no como trabajador.
La cuestión no es solo dar,… ¡Sino darse!
Buen texto el tuyo. Gracias por escribir.
Un abrazo ¡Y una sonrisa!