A todos nos llaman la atención los héroes, reales, imaginarios o superhéroes. Estas personalidades tienen algo especial, tanto, que cualquier película o novela que involucra a un héroe tiene la mitad del éxito asegurado. En esta concepción que tenemos de los héroes, hemos pasado por distintas fases. Voy a hablar claro de nuestra época, sin meternos a las tragedias griegas o algo parecido.
Simplemente observemos el cine o el mundo de los cómics. Los héroes que veíamos hace 60 años eran muy distintos a los de ahora. Antes eran casi perfectos, no tenían una sola falla. Los superhéroes eran tal, prácticamente por un designio divino, sin siquiera mover un dedo o poner el mínimo esfuerzo para lograrlo. Si acaso, nos topábamos con algún capítulo en que un villano le complicaba ligeramente la vida al protagonista (invariablemente, estos números eran los más vendidos y se dividían en dos o tres partes). Pero a grandes rasgos, eran héroes prácticamente perfectos, que todo podían solucionar y a cualquiera podían salvar.
Conforme la sociedad ha evolucionado nos hemos dado cuenta de que no hay héroes instantáneos. Incluso, Pancho Pantera no aparece tan seguido en los comerciales dándole una super-energía a los niños. Las películas de héroes que vemos en el cine, ya no son lo que eran antes. Ahora nos muestran el esfuerzo y la lucha interna que hay en cada uno de éstos héroes para llegar a ser lo que son. Y al mismo tiempo, han emergido cada vez más historias en la TV e internet de personas comunes que se vuelven héroes por alguna acción extraordinaria.
En fin, el mensaje es que no es fácil ser héroe, pero al mismo tiempo cualquiera puede ser uno. Lo cierto es que por fortuna, siempre hemos tenido héroes y creo que siempre los vamos a tener entre nosotros. Pero ¿cómo surgen todo tipo de héroes? Como lo dice San Francisco de Asis: son personas que primero hacen lo necesario, lo indispensable para sobrevivir y para cumplir con sus obligaciones. Después, van encontrando áreas de mejora y de oportunidad donde pueden sumar su trabajo, su experiencia y su actitud y van haciendo todo lo que pueden para mejorar el mundo donde viven. Y finalmente, la repetición de estas dos líneas de acción consigue que cuando se presenta la necesidad de hacer algo extraordinario, estas personas tengan la fuerza, el conocimiento, el temple y la capacidad de hacerlo. Así es como nacen los héroes.
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