Buscando la fotografía para insertar en este post, me llevé una sorpresa. Seguramente muchos pensarán que soy un idiota (yo también lo pensé de mí mismo). La sorpresa fue que Mathew McConaughey es el protagonista de esta película. Nunca me pasó siquiera por la cabeza, pensé incluso que era un actor poco famoso y créanme, lo pensé varias veces durante la proyección. Ni siquiera me tomé la molestia de leer los nombres de los actores en los créditos (por eso, de igual manera me impresionó la transformación física de Jared Leto).
Traigo esto a colación, porque es una parte importantísima de la historia. Los protagonistas tienen SIDA y el filme nos relata su forma de enfrentar esta situación. La lucha por salir adelante, por hacer de la vida algo que valga la pena. Al mismo tiempo, cómo se descubre la empatía en el momento en que pasamos por una dificultad. Es una historia que habla de dejar huella, de pensar en los demás incluso en las pruebas más duras de nuestra vida. Es una película de vaqueros y de travestis en una época en que los estereotipos eran una descripción acertada de los mismos, pero que prueba que los que aparentan ser buenos no son tan buenos y los malos, de pronto, no son tan malos.
Sobra decir que la actuación de McConaughey es extraordinaria y el guión, excelente. Vale muchísimo la pena verla, no solo por estar nominada, sino porque tiene un mensaje que vale la pena ver y escuchar.
Coincidimos en varios puntos, la transformación y el manejo de los estereotipos fue excelente. Un abrazo joven D