3 cosas que no vuelven atrás

Hay 3 cosas que no vuelven atrás: la palabra dada, la flecha lanzada y la oportunidad perdida.

Recuerdo con mucho cariño a mi director espiritual que solía decir: «Suda dos veces la decisión para que no tengas que llorar dos veces las consecuencias». Esto es cierto en todo momento de la vida. Las decisiones que tomamos nos van conduciendo por caminos que forman nuestro carácter y que nos transforman en la persona que somos. Por eso, hay que tomarlas en serio.

Al decidir, debemos considerar algunas cláusulas que conllevan todas las opciones que tenemos. Una de ellas es el compromiso. Al dar nuestra palabra, sacamos al mundo una intención que pretendemos cumplir y por lo tanto, nos atamos voluntariamente a ella. Nadie nos obliga a cumplirla, somos nosotros quienes decidimos comprometernos a algo y ponemos a otras personas de testigos.

Otra, es el costo de oportunidad. Por cada decisión, por cada opción que tomamos hay un precio que pagar. A veces, este precio es muy barato, muy fácil de pagar. Pero en ocasiones, hay decisiones caras, cuyo costo de oportunidad es altísimo porque al tomarlas, perdemos las otras opciones que tendríamos.

Todo esto no vuelve atrás, como una flecha, que al lanzarse para cazar no se puede volver a usar. A veces es difícil entender esto. Sobre todo en decisiones pequeñas o «insignificantes». Pero es precisamente por eso que hay que acostumbrar a nuestra inteligencia a sudar dos veces la decisión.ylavidasigue-iconofin

¿Cuáles son tus decisiones más difíciles? Responde en los comentarios…

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