Steve Jobs estuvo suficientemente loco.
Nelson Mandela estuvo suficientemente loco.
John Lennon estuvo suficientemente loco.
J.K. Rowling estuvo suficientemente loca.
Mario Kreutzberger estuvo suficientemente loco.
Abraham Lincoln estuvo suficientemente loco.
Mahatma Gandhi estuvo suficientemente loco.
Henri Dunant estuvo suficientemente loco.
Pierre de Coubertin estuvo suficientemente loco.
La Madre Teresa de Calcuta estuvo suficientemente loca.
Cristóbal Colón estuvo suficientemente loco.
Walt Disney estuvo suficientemente loco.
Rigoberta Menchú estuvo suficientemente loca.
No necesito decir mucho más. A lo largo de la historia, han habido hombres y mujeres lo suficientemente locos para creer que pueden cambiar algo. Y gracias a ellos, la humanidad no ha sido ciega a tantas necesidades, a tantas posibilidades y a tantos universos.
Me encanta pensar que ahora mismo, hay cientos, quizá miles de estos locos que esperan cambiar el mundo. Tal vez alguno está leyendo este post. Y estoy igual de seguro que Steve Jobs cuando escribió este guión, de que si ellos creen que pueden cambiar el mundo, seguramente lo van a hacer.