Tengo muy grabada una clase de quinto de primaria, cuando entró un profesor de moral a preguntarnos sobre lo que queríamos ser. Las respuestas decían que algunos abogados, otros ingenieros y arquitectos. De pronto, nos empezó a cuestionar sobre las razones para crecer y estudiar. Y varios contestamos: «para ser alguien en la vida» (Imagínense a unos mocosos de 11 años diciendo eso). Pero el profesor seguía preguntando y no se conformaba con esa respuesta. Nos dijo que a esa frase le faltaba una palabra. Después de rompernos la cabeza pensando, nadie pudo dar con la famosa palabrita, hasta que el Profe se hartó y nos dijo «¡Para ser alguien BUENO en la vida!«
Eso es lo más importante, y a veces lo olvidamos totalmente. Creemos que la vida de trata de escalar posiciones en un organigrama, ser reconocidos por la sociedad, tener un buen sueldo, mantener un estilo de vida. Y de esta manera, lo de ser buenos o hacer el bien lo vamos relegando a un segundo, tercero o cuarto lugar. Creemos que para donar, tenemos que juntar primero dinero para nosotros. Creemos que para ayudar, tenemos que cambiar de horario y ocupaciones. Pensamos que para hacer el bien, es necesario ir a África. Y la realidad es que es todo lo contrario. Si no somos nosotros, ¿quién? Y si no es ahora, ¿cuándo?
(Este post es más corto porque el de la semana pasada se extendió demasiado y hay que nivelarlo).
¿Qué piensas? ¿Cómo podemos hacer el bien primero y lo demás después? Escribe tu comentario.