En alguna parte del Holstee Manifesto se menciona que la vida se trata de conocer personas y crear cosas con ellas. No podría estar más de acuerdo. La vida es creación. El proceso de traer una nueva vida al mundo es creación. Pero también es creación cada nuevo proyecto que hacemos, cada página que escribimos, cada idea que tenemos, cada dibujo que intentamos plasmar en un papel.

Durante toda nuestra vida creamos y más nos vale que aquello que estemos dispuestos a crear valga la pena. Dicen que todas las cosas se crean dos veces, una en nuestra cabeza y otra en el mundo tridimensional. La diferencia entre ser o no un creador, no radica en la capacidad de crear cosas en nuestra cabeza. La diferencia no es la capacidad para imaginarnos cosas, sino la capacidad para traer eso a la realidad. Y no es siquiera que lo tengamos que fabricar con nuestras propias manos. Es, más bien, que podamos exponerlo al mundo para hacerlo realidad.

En los créditos del cine se acostumbra poner: «Una película de:» para reconocer al que ha sido capaz de tener esa idea en su cabeza y llevarla a la pantalla. ¿Lo hizo solo? No, jamás podría haberlo hecho. Pero no es la mano, sino el que la dirige el que está creando.

Así que la vida se trata de crear. Crear algo bueno, crear algo bello. Crear bien y crear mucho. Es increíble la cantidad de cosas que una persona puede hacer a lo largo de su vida, si tan solo se lo propone y aprende a plasmar su imaginación. De esta capacidad creativa vienen las satisfacciones y los aprendizajes. Hay que sobrellevar algunas dificultades, pero nunca hay que detenernos. Tendremos mucho tiempo para descansar.

Cuéntanos en los comentarios qué es lo mejor que has creado, nos gustaría conocerlo.