A todos nos gusta ser racionales y pensar que todo lo podemos manejar con la mente. Cuando estamos estables emocionalmente, se nos hace ilógico que existan otras personas que están deprimidas o enojadas, incluso el rencor parece ilógico. Sin embargo, cuando nos enfrentamos con la muerte de un ser querido, un rompimiento amoroso, una traición de un amigo o simplemente, una meta inalcanzada, la cosa cambia.
En esos momentos dejamos de ser racionales. Nada nos puede hacer cambiar de parecer. Nuestra supuesta objetividad es reemplazada por una subjetividad estúpida. Parece que nada de lo que hacemos o decimos es lógico y no somos capaces de hacer estrategias muy coherentes.
Lo mismo pasa en sentido positivo, cuando estamos enamorados, o emocionados por algún proyecto, todo se vuelve positivo, y a veces no advertimos las complicaciones que hay en el camino o los signos que nos indican que algo puede estar mal.
Parecería que lo que estoy criticando es al corazón. Nada de eso, es más, todo lo contrario. Creo que el corazón nos hace lo que somos. El corazón nos hace humanos, tanto como la razón y el reto de nuestra vida es enseñarle a cada uno el lenguaje del otro. No tengo la menor idea de cómo se hace esto. Si alguien me puede explicar, se lo agradecería mucho.
UNA PAGINA SENCILLAMENTE MARAVILLOSA, EXTRAORDINARIA…ME ENCANTÓ.