Es increíble el pensamiento de C.S. Lewis. De varias citas que estuve revisando, ésta me gustó mucho porque es verdad. Viene al caso porque este año tuve una de las experiencias más impresionantes de las que tengo memoria. Conocí a un niño extraordinario que enfrentó al cáncer con una fuerza incalculable. Siempre tenía una sonrisa y su sonrisa era sincera. A pesar de todo su dolor, tenía energías suficientes para pensar y analizar las situaciones como un adulto y darle una lección a toda su familia y a todos los que lo conocimos.
Si hay dificultades en la vida, una enfermedad totalmente injusta es de las más complicadas que podemos enfrentar. El cáncer es totalmente injusto, porque no discrimina por edades, por nivel socioeconómico, por raza o comportamiento.
A pesar de todo, lo increíble es que las personas que enfrentan una dificultad como ésta son capaces de enseñarnos, de darnos ánimo y esperanza. Yo me pregunto la razón para esto. Tal vez sea porque ellos han aceptado su destino y conocen a dónde van. Tal vez sea porque valoran cada día y cada segundo. Valoran el bienestar que nosotros muchas veces damos por hecho.
A veces, hace falta una dificultad o se necesita el sufrimiento para entender la verdadera felicidad. Es hasta cierto punto ilógico, pero hasta que no lo vives, no te das cuenta. Yo solo espero que cuando dificultades lleguen a mi vida, sepa aceptarlas y enfrentarlas como este chiquito, que hoy está en el cielo y que sin duda me ha mostrado el camino hacia un destino extraordinario. Hoy no soy el mismo, porque él me ha enseñado el valor incalculable de hacer algo por los demás.
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