Hay personas que tienen una vida buena, normal. Les va bien en la escuela… normal. Cuando crecen, sus trabajos son buenos, normales. Tienen una familia bonita, normal. Hasta su perro es simpático, normal. Tienen dificultades normales y alegrías normales. Todo es normal.

Cuando veo a estas personas, me doy cuenta de que lo «normal» es enemigo de lo extraordinario. Y es ahí cuando me cae el veinte de esta frase de Van Gogh. Estas personas son normales porque no se atreven a saltar al vacío, porque no se atreven a hacer nada. Tienen sueños, igual que todos los demás, incluso más grandes, pero nunca se han puesto en acción para volverlos realidad.

Yo no quiero ser de esas personas, así que creo que es momento de llenarme de valor para saltar al vacío, para superar todos los obstáculos, para no tener miedo de lo que piensen o digan. Todos tenemos una vida y esa vida es una oportunidad de ser extraordinarios, así que, ¿por qué no alcanzar las cosas que somos en potencia?

Claro que da miedo. Da pavor renunciar a un trabajo, asusta pensar en embaucarse en un crédito para comprar una casa o para crecer una empresa. Da miedo irse a vivir a otro país. Pero realmente ¿qué es lo peor que puede pasar?

Así que ahora que viene un año nuevo haré un propósito, solamente mi propósito será vencer mis miedos, uno a la vez. 

¿Te unes a mi propósito? Comenta aquí abajo…