Hace exactamente 5 años publiqué mi último post en este blog. No soy una persona inconstante, al contrario, cuando me comprometo a algo, trato por todos los medios de cumplirlo. Prueba de ello es que este blog tiene 285 entradas, no es cualquier cosa. Hace 5 años, mi vida empezó a tener pesos y responsabilidades que antes no tenía y en el intento de malabarear todo, tuvo que haber algunos «casualties» en el camino y el blog fue uno de ellos.
Sin embargo, siempre tuve en la mente que ese alto al blog no iba a ser permanente y en un abrir y cerrar de ojos pasaron estos 5 años. Fueron años de leer mucho, de nuevos proyectos, de tomar responsabilidades, pero también de grandes equivocaciones y fallas, algunas que pude corregir y otras que todavía no.
Tuvo que llegar un virus más pequeño que una célula para hacerme pensar que una de las cosas que más me gusta en la vida es escribir. En estos años he escrito cuentos, guiones, manuales, cartas y captions para Instagram. Pero todo eso no ha sido suficiente. Debo decir que extrañaba la cotidianidad de escribir sobre lo que pasaba dentro y fuera de mí. Poner en palabras lo que pienso me ayuda a volver a hacer de la mente un lienzo en blanco, lista para nuevas aventuras.
En fin, todos hemos vivido esta contingencia y sabemos la sacudida que le ha dado a la economía, a la vida social, al trabajo y a nuestras almas. Nadie va a permanecer indiferente después de haber vivido esto. ¿Qué aprenderá nuestra generación de la vulnerabilidad que no enseñó esta crisis? Eso está por verse y espero que en …Y LA VIDA SIGUE podamos irlo descubriendo juntos en los próximos años.
Por lo pronto, estamos de vuelta y hay mucho que decir, mucho que reflexionar, hay mucho que aprender y muchísimo que ver, leer y analizar. Ya lo quiero descubrir y espero que ustedes me acompañen. Comparte en los comentarios qué has hecho durante esta pandemia, me gustaría saber.

Qué bueno tener de vuelta este blog! Ya extrañaba las recomendaciones, anécdotas y reflexiones en general sobre la vida.
Mi estimado Parada, vaya si extraño escribir, quizás sea este, uno de esos mensajes que le echan gasolina al coche para empezar a correr terreno.
Venga! A darle!