Arrepentirnos no es fallar

A todos nos llama la atención la imagen del héroe estoico, frío, que se aleja de una explosión sin voltear hacia atrás, sin sentir nada y avanzando hacia delante con paso firme. Una parte de nosotros quiere creer que los mejores humanos son así. Para mí, no hay error más grande.

¿Tiene caso luchar contra nuestro defecto dominante?

No porque una persona no sea chaparra, quiere decir que es alta. No porque no se vea el sol, quiere decir que es de noche. En la Ciudad de México sabemos que una calle sin baches no necesariamente está bien pavimentada. De la misma manera, no porque alguien no tenga defectos, quiere decir que está lleno de virtudes.