Hay ideas para las que es el momento indicado y hay ideas que hay que guardar para cuando se den las circunstancias. Cuando el tiempo de una idea es el correcto, todos los engranes se acomodan y empiezan a correr. Ni tú mismo puedes ya detenerlos, la idea se va a volver realidad contigo o sin ti, así que más vale que te subas al tren.