Siempre me ha gustado hablar de los sueños y de lo que son capaces de mover. No por nada, uno de los discursos más famosos de la historia es aquel de Martin Luther King, que repetía: «I have a dream». A pesar de que es un concepto con el que estoy muy familiarizado, tengo que confesar que nunca había tenido un sueño. No quiere decir que nunca hubiera soñado, simplemente, nunca había tenido un sueño.
Un SUEÑO, no de los que visualizas con el inconsciente en la noche, sino uno que te llena, que te enorgullece, que te apasiona y que te mueve a volverlo realidad. Hace poco tuve la oportunidad de empezar una institución para ayudar a personas que lo necesitan y ahora no me la puedo quitar de la cabeza. Me duermo pensando en ella, me despierto con muchos pendientes, todo el día estoy pensando en hacerla lo mejor que pueda.
No es el hecho de tener éxito profesional o personal, sino pensar en lo que esa Fundación pueda representar en la vida de personas que han sufrido mucho. Finalmente, darle sentido a la vida de otros es lo que le da sentido a nuestra propia vida. Muchos lo consiguen con su familia, otros con su trabajo y otros con diferentes proyectos.
Estoy emocionado, porque por primera vez tengo frente a mí la oportunidad de hacer algo grande de mi vida, así que haré todo lo posible por no fallar. Seguramente, les estaré contacto los altibajos y el camino.
Si quieren conocer de qué se trata, pueden entrar a la página de la Fundación: www.vuela.org.mx
Te felicito Dieg! Por el blog y por la fundación!
Con todo!!
Un fuerte abrazo!!
Gracias Fer! Que gusto saber de ti! Un abrazo!